Las termitas, maestras del aire acondicionado
El desarrollo de la ventilación de las termitas en sus colonias nos demuestra que nos falta mucho para conocer los secretos de la climatización eficiente. Un profesor de Matemáticas Aplicadas, Biología Evolutiva y Física junto a su equipo de investigadores de la Universidad de Harvard han descrito por primera vez con detalle cómo se ventilan los montículos de las termitas. El estudio revela que los montículos funcionan de forma similar a un pulmón que respira una vez al día debido al cambio de temperatura en el exterior.
Estas estructuras están diseñadas para aprovechar la diferencia de temperatura, la dirección del viento y la concentración del CO2 para provocar la respiración de la colmena al calentarse y enfriarse con las oscilaciones de temperatura asociadas al día y la noche.
Durante el día el sol calienta las finas paredes exteriores de la construcción calentado el aire, provocando que este ascienda, las termitas obtienen así una célula de convección. El aire caliente no puede subir de entre el entramado de paredes interior de la colmena pero tiene que ir a alguna parte y la única posibilidad es que descienda por la chimenea central. Por la noche se enfrían las paredes exteriores invirtiendo así el flujo del aire y expulsando así el aire caliente desde la parte central del montículo.
El resultado es que las concentraciones de CO2 alcanzan durante el día alcanzan un 4,5% en el centro del montículo y durante la noche esta concentración de CO2 es expulsada por las finas paredes exteriores por difusión. Lo más impresionante es como las termitas utilizan los agentes externos para ventilar sus colmenas aprovechando las temperaturas oscilantes.
El estudio revela el funcionamiento del montículo de las termitas y es una gran lección para nuestros arquitectos. En lugar de gastar en sistemas de ventilación para nuestros edificios como ventiladores y equipos de aire acondicionado, que además provocan un gran consumo eléctrico y están sujetos a incontables averías, deberíamos pensar en los edificios como un único sistema que se auto-ventile gracias a las corrientes de convección generadas por los tránsitos ambientales. Ahorrando así en la reparacion aire acondiconado, ventiladores y consumiendo menos energía para mantener el sistema.